Abre los ojos

A la violencia no hay que darle oportunidades.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

El día de XYX


Me quedé con ganitas de gritar al viento, de decir lo que mi corazón siente.  Me quedé con ganitas de explotar por dentro.  Me quedé con imágenes que llevo dentro, que revuelven y revuelven y giran y tornan. Me quedé con suspiros, me quedé con ésta sensación de felicidad pletórica.  Me quedé con mis calcetines rosas y una camiseta blanca.  Me quedé con un café con leche sacando una sonrisa al camarero y al segurata.  Me quedé con azúcar de un croissant en los morros.  Me quedé con una ducha mejor que un orgasmo.  Me quedé con el corazón de un ángel y una artista.  Me quedé con medio bocadillo de tortilla , medio de atún y una coca cola.   Ahora me quedo con una fideuá con alioli y el ipod en las orejas.  Me quedo cantando a Maná a grito pelado.  Me quedo con la mirada de los extraños que no se si mi miran porque canto desafinada o por mis calcetines que hoy son de rallas.  Me quedé con mi corcel alazán 116.  Me quedé con las nubes que huelen a lluvia.  Me quedé con la intención de ir al chino a comprar una libreta en condiciones y no escribir mi torpe poesía en una servilleta de la lola.    Me quedé con todo ésto.... y  yo tan solo  di mi alma.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Sordo... ciego y mudo

Eres sordo ?????...  eres ciego?? o acaso eres mudo??  Entonces porque la resistencia a ver, a escuchar, a hablar pero sobre todo a sentir....

ABRE LOS OJOS !!!!



domingo, 1 de agosto de 2010

Algunos números....



Muchas veces no creemos que un problema es significativo, o incluso real; a menos que ALGUIEN que lo diga, lo soporte con estadísticas espectaculares (Hopper, 2010)



Abuso

jueves, 29 de julio de 2010

En algunas familias se sufre más que en un campo de exterminio


Allice Miller, nos dice que en un campo de exterminio, se conoce al enemigo, se sabe cuál es el peligro, la tortura, el pánico; el daño es generado por una persona o una cosa determinada. Es en esto donde se deposita la furia y el miedo; en cambio en el caso de abuso intrafamiliar, el niño ama a su torturador, confía en él; por lo tanto el amor-odio comporta una ambivalencia que hace que el niño pierda de vista el punto exacto donde poner los limites.

Además, el abuso intrafamiliar comporta un sentimiento de culpa, que no se transmuta con el paso del tiempo; por el contrario, se encapsula y se deposita en el fondo de la psique.

Pero al mismo tiempo, la familia juega un papel crucial en la Resiliencia; es aquí donde el niño aprenderá las herramientas básicas para sobrevivir; la relación o el contacto con sus padres en sus primeros meses de vida formarán y le darán la estructura necesaria. Ahora bien, si el niño carece de una estructura que le dé estas herramientas, puede encontrarlas a lo largo del camino a través de otras personas u otras formas de expresión que puedan liberarle y hacerle romper el silencio.

La sociedad y la Resiliencia

Al igual que la familia, la sociedad es una piedra angular en el desarrollo de un niño. Los seres humanos somos eminentemente sociales, nos encontramos atados a este vínculo individuo-entorno que no solo nos condiciona sino que puede incluso ser juez y verdugo; que conspira y sanciona no solo al torturador sino también a la víctima. Nos encontramos en un mundo donde para justificar su ignorancia y su falta de empatía culpa a la víctima de su propia desgracia, abandonándola a su suerte.

Comienza una época de cambio, de sensibilización, la gente esta más propensa a escuchar pero sobre todo a sentir; y si no es así, quiero pensarlo.

miércoles, 28 de julio de 2010

Ausencia de Dios


AUSENCIA DE DIOS (Benedetti, 2005)

Digamos que te alejas definitivamente
hacia el pozo de olvido que prefieres,
pero la mejor parte de tu espacio,
en realidad la única constante de tu espacio,
quedará para siempre en mí, doliente,
persuadida, frustrada, silenciosa,
quedará en mí tu corazón inerte y sustancial,
tu corazón de una promesa única
en mí que estoy enteramente sólo
sobreviviéndote.

Después de ese dolor redondo y eficaz,
pacientemente agrio, de invencible ternura,
ya no importa que use tu insoportable ausencia
ni que me atreva a preguntar si cabes
como siempre en una palabra.

Lo cierto es que ahora ya no estás en mi noche
desgarradoramente idéntica a las otras
que repetí buscándote, rodeándote.
Hay solamente un eco irremediable
de mi voz como niño, esa que no sabía.

Ahora que miedo inútil, qué vergüenza
no tener oración para morder,
no tener fe para clavar las uñas,
no tener nada más que la noche,
saber que Dios se muere, se resbala,
que Dios retrocede con los brazos cerrados,
con los labios cerrados, con la niebla,
como un campanario atrozmente en ruinas
que desandará siglos de ceniza.

Es tarde. Sin embargo yo daría
todos los juramentos y las lluvias,
las paredes con insultos y mimos,
las ventanas de invierno, el mar a veces,
por no tener tu corazón en mí,
tu corazón inevitable y doloroso
en mí que estoy enteramente solo
sobreviviéndote.

lunes, 26 de julio de 2010

La mujer Brava


Elogio de la mujer brava (Por Héctor Abad)
20 Octubre, 2005 ·

A los hombres machistas, que somos como el 96 por ciento de la población masculina, nos molestan las mujeres de carácter áspero, duro, decidido. Tenemos palabras denigrantes para designarlas: arpías, brujas, viragos, marimachos. En realidad, les tenemos miedo y no vemos la hora de hacerles pagar muy caro su desafío al poder masculino que hasta hace poco habíamos detentado sin cuestionamientos. A esos machistas incorregibles que somos, machistas ancestrales por cultura y por herencia, nos molestan instintivamente esas fieras que en vez de someterse a nuestra voluntad, atacan y se defienden.

La hembra con la que soñamos, un sueño moldeado por siglos de prepotencia y por genes de bestias (todavía infrahumanos), consiste en una pareja joven y mansa, dulce y sumisa, siempre con una sonrisa de condescendencia en la boca. Una mujer bonita que no discuta, que sea simpática y diga frases amables, que jamás reclame, que abra la boca solamente para ser correcta, elogiar nuestros actos y celebrarnos bobadas. Que use las manos para la caricia, para tener la casa impecable, hacer buenos platos, servir bien los tragos y acomodar las flores en floreros. Este ideal, que las revistas de moda nos confirman, puede identificarse con una especie de modelito de las que salen por televisión, al final de los noticieros, siempre a un milímetro de quedar en bola, con curvas increíbles (te mandan besos y abrazos, aunque no te conozcan), siempre a tu entera disposición, en apariencia como si nos dijeran “no más usted me avisa y yo le abro las piernas”, siempre como dispuestas a un vertiginoso desahogo de líquidos seminales, entre gritos ridículos del hombre (no de ellas, que requieren más tiempo, y se quedan a medias).

A los machistas jóvenes y viejos nos ponen en jaque estas nuevas mujeres, las mujeres de verdad, las que no se someten y protestan, y por eso seguimos soñando, más bien, con jovencitas perfectas que lo den fácil y no pongan problema. Porque estas mujeres nuevas exigen, piden, dan, se meten, regañan, contradicen, hablan, y sólo se desnudan si les da la gana. Estas mujeres nuevas no se dejan dar órdenes, ni podemos dejarlas plantadas, o tiradas, o arrinconadas, en silencio, y de ser posible en roles subordinados y en puestos subalternos. Las mujeres nuevas estudian más, saben más, tienen más disciplina, más iniciativa, y quizá por eso mismo les queda más difícil conseguir pareja, pues todos los machistas les tememos.

Pero estas nuevas mujeres, si uno logra amarrar y poner bajo control al burro machista que llevamos dentro, son las mejores parejas. Ni siquiera tenemos que mantenerlas, pues ellas no lo permitirían porque saben que ese fue siempre el origen de nuestro dominio. Ellas ya no se dejan mantener, que es otra manera de comprarlas, porque saben que ahí -y en la fuerza bruta- ha radicado el poder de nosotros los machos durante milenios. Si las llegamos a conocer, si logramos soportar que nos corrijan, que nos refuten las ideas, nos señalen los errores que no queremos ver y nos desinflen la vanidad a punta de alfileres, nos daremos cuenta de que esa nueva paridad es agradable, porque vuelve posible una relación entre iguales, en la que nadie manda ni es mandado. Como trabajan tanto como nosotros (o más) entonces ellas también se declaran hartas por la noche, y de mal humor, y lo más grave, sin ganas de cocinar. Al principio nos dará rabia, ya no las veremos tan buenas y abnegadas como nuestras santas madres, pero son mejores, precisamente porque son menos santas (las santas santifican) y tienen todo el derecho de no serlo.

Envejecen, como nosotros, y ya no tienen piel ni senos de veinteañeras (mirémonos el pecho también nosotros, y los pies, las mejillas, los poquísimos pelos), las hormonas les dan ciclos de euforia y mal genio, pero son sabias para vivir y para amar, y si alguna vez en la vida se necesita un consejo sensato (se necesita siempre, a diario), o una estrategia útil en el trabajo, o una maniobra acertada para ser más felices, ellas te lo darán, no las peladitas de piel y tetas perfectas, aunque estas sean la delicia con la que soñamos, un sueño que cuando se realiza ya ni sabemos qué hacer con todo eso.

Somos animalitos todavía, los varones machistas, y es inútil pedir que dejemos de mirar a las muchachitas perfectas. Los ojos se nos van tras ellas, tras las curvas, porque llevamos por dentro un programa tozudo que hacia allá nos impulsa, como autómatas. Pero si logramos usar también esa herencia reciente, el córtex cerebral, si somos más sensatos y racionales, si nos volvemos más humanos y menos primitivos, nos daremos cuenta de que esas mujeres nuevas, esas mujeres bravas que exigen, trabajan, producen, joden y protestan, son las más desafiantes, y por eso mismo las más estimulantes, las más entretenidas, las únicas con quienes se puede establecer una relación duradera, porque está basada en algo más que en abracitos y besos, o en coitos precipitados seguidos de tristeza: nos dan ideas, amistad, pasiones y curiosidad por lo que vale la pena, sed de vida larga y de conocimiento.

Resiliencia

Resiliencia....
El arte de tirar pa'lante !!! la fuerza, el motor para continuar a pesar de todos los pesares.
Un paso a la vez, un día a la vez, construyendo ladrillo por ladrillo... uno a la vez.